Que raye el nuestro.

Un hombre muy sabio dijo en una ocasión que las mujeres no están hechas para ser entendidas pero para ser amadas, y la verdad tiene toda la razón. Siendo una mujer he tratado de entender por qué mi mente da tantas vueltas, por qué me pregunto mil veces si debo hacer algo o no; pero cada vez que me cuestiono la respuesta se aleja un poco más.

Nuestra mente funciona de una forma bastante extraña, estamos entre lo racional y lo pasional, entre lo más fácil y lo más difícil, entre el corazón y la mente. Este conflicto corazón-mente nos provoca insomnios, nos deja sin aliento, nos llena a veces de alegría o simplemente nos sumerge en momentos de llanto; pero lo más difícil de todo esto es quedar en estado vegetativo mientras decidimos que hacer.

Creo que el amor es la situación más compleja, no sabemos si dejarnos llevar, si simplemente vivir el momento o si debemos entender a la perfección cada instante que pasa. Cuando una mujer decide estar con alguien está aceptando que una persona la acompañe en su vida, que sepa sus secretos, sus debilidades y sus más grandes pasiones. Estar con alguien no es solamente compartir un momento, es algo que va más allá, es aceptar un compañero que te aleja de la monotonía y que te enseña cada día más lo que es la alegría; no es sumergirse en los celos, ni el control pero mirar hacía un mismo horizonte y decidir caminar “bajo la misma estrella”. Cuando se toma esta decisión uno se está dando la oportunidad de abrir su corazón, de compartir momentos con alguien más y de vivir ciclos que no pueden ser experimentados en soledad.

Algunos piensan que el amor es cosa del pasado y que las historias de princesas ya no existen. Que ya solo queda sapos desatados y brujas cansonas, que estos cuentos de hadas ya no existen y que las películas de terror habitan en nuestros corazones. Es importante no dejarnos sumergir en este pesimismo y entender que las cosas no pasan por que sí, sino porque las hemos atraído.

El universo es perfecto y si yo llamo a una persona negativa o tengo en mi mente consciente o inconscientemente prototipos de hombres que son malos o que me van a lastimar, puedo dar por sentado que eso es lo que voy a obtener. Los pensamientos positivos y el sentimientos de amor deben ocupar nuestra mente y nuestros corazones. Nada ganamos diciendo de la boca hacia afuera que queremos confiar, amar y disfrutar si en nuestra mente estamos sumergidos en el dolor, en la falta de confianza y en la rabia. Debemos primero que todo ser consecuentes con lo que pensamos, tener claro lo que queremos, lo que deseamos y más anhelamos.

No hay que cerrarse a lo que la mente nos dice, pero hay que escuchar a su corazón, aprender a sentir sus emociones y dejarse llevar, porque en algún momento alguien te abrazará tan fuerte que todas tus partes rotas se unirán de nuevo.

El amor es un salto que nos produce un vacío en el estómago impresionante pero que a la vez nos llena la mente y el corazón de alegría. No se limiten, amen, disfruten, conozcan personas y ante todo, no sigan buscando al "Ken" que se mentalizaron como niñas pero enamórense del hombre que las respete y las admire como mujer.

Stéphanie Przychodny Soto.

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