Cuando estoy brava me vuelvo ácida. Yo pongo el limón, tú pon el agua, hagamos limonada.
- spsblog
- 4 déc. 2013
- 2 min de lecture
No sé si ustedes lo han vivido pero no hay nada más terriblemente delicioso y a la vez doloroso que ser ácido cuando uno está bravo o molesto. Es estos casos se es demasiado directo, demasiado honesto y tal vez se pueden llegar a decir cosas que no debían decirse. Si sienten que les ha pasado les tengo una hermosa noticia queridos lectores: ¡son de los míos!
Esos momentos incomodos en los cuales tratamos de cerrar nuestra boca pero las palabras salen por si solas, fluyen, trotan, son libres, se van así puf de la nada. Si estás con tu novio salen, si estás con tu familia vuelan, si estás en otra parte…también son libres. Esto puede generar en algunas circunstancias momentos incomodos, pero la buena noticia de todo esto es que las personas que somos así, somos sinceras. Somos confiables, somos honestas.
Ese cuentico de tu sonríe y se linda, no va conmigo. No significa que sea una rebelde desenfrenada, por el contrario más zanahoria no podría ser, pero sí puedo decir con claridad que no soy una persona pasiva que ve pasar la vida y que no sabe decidir por si sola.
Lo más lindo cuando eres así, es conocer personas que te acepten como eres, que te dejen con tus limones y te den agüita para bajarle el ácido al asunto. Personas dispuestas a hacer limonada con tu honestidad, que aceptan tus palabras, te escuchan y obviamente te frenan cuando estás equivocada.
Hay que entender que en la vida nada es perfecto, ni permanenmtemente color de rosa (aunque muchos lo quisiéramos) pero lo bueno de esto es que cada momento vivido deja una enseñanza, un lindo mensaje y que la vida día a día nos va sorprendiendo.
Stéphanie Przychodny Soto.

Comments